En el cuadro se representa la escena inmediatamente posterior a la muerte de Cristo. La Virgen del Rosario, ataviada con joyas, llora a su Hijo. El ángel, a sus pies, porta símbolos de la pasión. “El Cáliz de los Olivos es ahora portador de su Sangre”, ha asegurado el artista. Igualmente, el ángel porta un paño con la frase de la capilla sepulcral de Sto. Domingo de Guzmán, en la ciudad italiana de Bolonia, “Rosarium Donum Virginis Est” (El Rosario es un Don de la Virgen). Esa frase ayuda a significar en ese paño la idea de la Oración como base y sustento de la Fe tanto en sus símbolos, la Cruz, como en sus dogmas, ese Cáliz que resplandece por ser Jesús Sacramentado.
Junto a la Virgen y el ángel aparecen dos nazarenos descubiertos del capirote. Estos dos personajes representan dos épocas de la hermandad. Según su autor, el hombre se representa con semblante apenado, por el dolor de la Pasión de Cristo. La mujer, en cambio, al hablar con el ángel, encuentra la Esperanza.
Tras los elementos principales y secundarios, vienen las alusiones a la Institución en los motivos heráldicos que se repiten, continuando una tradición cultural comenzada en la Edad Media: Escudos en el antifaz al hombro, en la capa, en el damasco de fondo junto a los misterios dolorosos del Santo Rosario, cordones de las medallas al cuello…
En la orla se lee la siguiente inscripción: “Quidam mihi Calix nuper expletur, miserere mei Christe. Sancta Dei Genitrix, ora pro me” – En verdad se llenó el Cáliz por mí, ten piedad de mí, oh Cristo. Santa Madre de Dios, ruega por mí”. Amén.
El cartel ha llamado la atención por su composición, colorido y originalidad. Todo ello en una obra que pretende recordar los 450 años de una de las hermandades señeras de la ciudad.
Fuente: Pasiónensevilla.tv
Fotografías: Guillermo Ramírez Torres.
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