2 años sin tí, 2 Semanas Santas sin tí, en verdad no fueron 2 años, fueron más años en los que perdistes tu memoria, tu vida, tus recuerdos.
Recuerdo en mi niñez, no tan lejana, este tiempo de cuaresma, en la que ponías incienso, que perfumaban tu casa, y nuestras vidas.
No llegaría a los 6 años cuando me diste uno de los mejores regalos de mi vida:
Un pasito de madera con un cristo crucificado de plástico. Le hiciste sus trabajaderas, sus maniguetas, su canastilla y sus flores y adornos, como no ayudado por tu mujer, que se implicó hasta el final.
Poco después me realizaste un pasito de palio, para que el señor no fuera solo. Sus varales, con sus bambalinas caladas incluso. Todo era poco para tu nieto, al cuál le dabas todo. Incluso una Cruz de Mayo, para poder sentirme como los que tienen el honor de llevar al Señor y a su madre sobre sus hombros.
No solo pasitos de madera, sino libros, videos, cromos... y algo que no era material, tu fé en Jesús, María y Dios.
Me diste tu fé en El Cristo de la Oración en el Huerto, en el Cristo de la Salud y en su bendita Madre, María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos Coronada.
Cofrade se nace, pero tu me hiciste ser como soy, y a amar a nuestra Semana Mayor como la amo.
Cuando poco a poco ibas perdiendo tu memoria y me dejaste tu último pasito, un señor cautivo, cautivo como esa enfermedad llamada Alzheimer a la que te viste atado.
Ahora verás la Semana Santa desde un balcón celestial, justo delante de tu capillita de Monte-Sión viendo a la reina del Rosario y a su hijo orante.
Y yo pienso que Dios te llevó con él porque quiso que le enseñaras la Semana Santa, que le llevaras al rincón justo, en la revirá justa y en la marcha exacta. Y te llevó al cielo de Sevilla pa´que le hiceras pasitos de madera como los que tu me hiciste.
A tí y por tí, por ser como eres y fuiste y por inculcarme esta fé que se llama Semana Santa.
A mi abuelo Guillermo Ramírez Férriz.
Texto y fotografía: Guillermo Ramírez Torres
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