Lágrimas de Esperanza.

Un pueblo y una fe. Un palio y unas lágrimas. Un Arco y la Macarena.

Ojos de andaluza adornan tu rostro dolorido, ternura morena que levanta corazones y hace aflorar lágrimas. Por tu carita Macarena.

Lágrimas de fe, amor y agradecimiento;
Lágrimas de Barrio de la Feria, de la Resolana y de la Calle Parras;
Lágrimas desde el Corazón, que traspasan barreras.

Son tus lágrimas Macarena,
Las de la gente que te espera,
Que en tu rostro de morena,
No se sienten como pena,
Porque son de Esperanza,
Como tú, Esperanza Macarena.

Recuerdos de familias enteras, se agolpan en tu rostro, en tu boca, en tus ojos. Son madres, son abuelas que cosían tu escudo en una capa de Merino; que cuidaban con tesón el terciopelo, que cubría el rostro de tu hijo, que cansado de un Jueves Santo acompañando a la Reina de Monte-Sión, cambiaban el Negro Dominico por el Verde Esperanza.

Lejos quedan esos años, en los que vestías a tu hijo con el Verde Macareno. Ya no vives en su Barrio, ya no ves a tu Esperanza por Monte-Sión, ahora vives más lejos, pero ella siempre está en tu corazón. Corazón anciano, cansado de sufrir. Ya no están todos, hay grandes vacíos. Pero aún vistes a tu hijo, y también a tu nieto, como siempre lo hiciste, no de Verde Macareno, pero si para acompañar a tu otra Virgen. A la Reina de Rosario, que vive en Monte-Sión.

Recuerdos de un Barrio que no se olvidan, amigos, familia, marido, que ya no están pero que siguen contigo, y están donde en tu memoria, recuerdas tu Barrio, o en tu corazón, al ladito de tu Macarena y del Rosario de Monte-Sión.

Cuando volvemos a casa, cansados por la Estación de Penitencia, ahí estás, esperándonos para guardar la ropa, para otro año. Pero en la televisión siempre puesta a tu Esperanza, paseando por Sevilla su belleza infinita.

Me dice: “Mírale que cara”, “mira que es guapa”, “y esos ojos, Dios mío”, “pues hoy no llora, hoy se ríe”.

Lágrimas brotan de tus ojos, cuando la ves por el Arco. Lágrimas como las de Ella corren por tus mejillas. Estas lejos pero la sientes muy cerca. Le pregunto: ¿Por qué lloras Abuela?, “Porque otro año más se me va la Macarena.”

Mas siempre hay en tu boca un: ¡Guapa, Guapa y Guapa¡ Esperanza Macarena.

Dedicado a mi Abuela Dolores.

Texto: Guillermo Ramírez.

Fotografía: Mirada Cofrade.