Esta anécdota que os cuento ocurre una Madrugá, en los momentos previos al amanecer.
La Madrugá de 1974 se había terciado lluviosa, cosa que no impidió que las Hermandades decidieran salir, ya que las previsiones no eran del todo pesimistas.
La Madrugá de ese año estuvo marcada por la aparición de la lluvia que obligó al volver a muchas Hermandades y a hacer que se refugiaran otras.
Una de ellas fue la Hermandad de la Macarena, la cual se refugió en el Templo de la Anunciación, sede canónica de la Hermandad del Valle.
Podemos observar en la Fotografía como quedó la Macarena guarecida de la lluvia dentro del Templo de la Anunciación.
Ese momento impactante, en el que se fundieron el Valle de lágrimas, que es la Virgen del Valle, con la sonrisa entre el llanto y la Esperanza de la Señora de San Gil.
Un momento místico que quedó grabado en el interior de todos los que lo presenciamos.
La Macarena en esa Madrugá lluviosa vino a confortar a esa Virgen, de ojos verdes como los valles, y recordarle que tras el Arco se encuentra la Esperanza.
Paco Duque: Texto.
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